domingo, 11 de mayo de 2008

LA MAQUINA


KODAK RETINA, así se llama, de estructura fuerte, con peso, de una sola mirada es capaz de captar los mejores momentos, deja pasar la luz justa y precisa, con un solo guiño, atrae a cuantos pasen por delante de ella, seductora donde las haya, llama poderosamente la atención, y más en estos tiempos donde los ojos digitales, ganan pasos de gigante ante una expresión manual como la de ella, pero fue, es y será una joya, perteneció a mi padre y ninguna cámara hizo mejores fotos que ella, guarda en el recuerdo de su objetivo, montones de imágenes, de momentos irrepetibles, de la gente que pasó por delante , y tuvieron que detenerse ante su mirada, guarda en esos momentos de su memoria, sueños, fiestas, cariños, bodas, bautizos, comuniones, encuentros, despedidas, silencios, historia, gente que está , que estuvo y que se fue.

Un día, enseñándosela a un amigo mío amante de la fotografía, me dijo, exactamente con estas palabras:

¡¡¡Y la máquina fotográfica!!!...majestuosa, señorial.... como diciendo....."Aquí estoy yo" y en ella, aunque no se vea, el cúmulo de caricias de tu padre depositadas. Caricias, que cada vez que la "coges", llegan a tus manos.

Esta frase me calo tan profundamente y me emocionó en lo más hondo de mi ser, que desde entonces no he dejado de tomarla en mis manos para no dejar de sentir sus caricias.

No hay día que no la coja y como él dijo, sienta las caricias de mi padre, esta frase quedó marcada para siempre en mi memoria y no sólo en esto, sino en todo, porque todos los instantes de nuestra vida, están llenos de la esencia de quienes en un momento u otro nos acompañaron, cualquier lugar, cualquier objeto, guardan las huellas de quienes estuvieron y siempre en cada una de las cosas que rodean mi vida, siento la caricia de quienes pasaron por ellas, porque pese a la ausencia, el espacio de la gente a la que queremos sigue ocupando un lugar invisible pero existente, y aunque en algún momento determinado no estén, su esencia sigue llenando el vacío momentáneo, hasta que el reencuentro de nuevo lo vuelva hacer patente.
Los momentos buenos vividos, guardan el perfume de las cosas…y las máquinas de fotos, lo plasman con el cariño que depositamos en ellas, en nuestros PC o en papel, como a mi me gusta, para poderlos contemplar una y otra vez, y transportarme de nuevo a esos lugares cercanos o lejanos, con familia, amigos o como la belleza de un paisaje, que guardamos para siempre en nuestra retina…KODAK.


Serenata Tosselli, la música que está sonando, una de las favoritas de mi padre, aunque la versión no sea la misma, ya que deberia ser violín, sigue guardando en sus notas una de las más bellas melodías que permanecen en mi recuerdo.